sábado, 30 de mayo de 2009

Despues de un mes.... encontrando palabras que retorcer…


Ha pasado más de un mes desde la el último “post” que hice. Aunque hubiese querido escribir durante este mes de mayo, debo confesar que la premura con la que lo he vivido a nivel personal o la “perplejidad” provocada por algunos acontecimientos de la vida nacional me han invitado a hacer silencio y tratar de meditar en lo profundo de mi corazón estos confusos y maravillosos tiempos en los que me(nos) toca vivir.


Para reiniciar este mes quisiera comentar dos acontecimientos que marcan el mayo del 2009 al mismo tiempo que una palabra de solidaridad.


El primer acontecimiento es mi reasignación, a partir del 1 de mayo estoy viviendo en el convento de Santo Domingo de Guzmán, en la ciudad de Guatemala. Quedó atrás la Verapaz, lugar del que quedo agradecido con la comunidad que me acogió benignamente durante año y medio. Por supuesto que también agradecido con los laicos colaboradores y amigos de Cobán que hicieron que durante este tiempo la búsqueda de la Verdad fuese una experiencia eclesial y por supuesto dominicana.


Ahora en Santo Domingo, en Guate., como solemos decir, se me abren varios frentes de trabajo en los cuales ya estoy inmerso: Acompañamiento a la rectoría del Perpetuo Socorro, facilitador de formación en liderazgo juvenil y pastoral a los lideres de pastoral juvenil y universitaria en nuestra Parroquia de San Martín de Porres, Clases en la Escuela de formación de agentes de Pastoral de nuestra Iglesia en la Inmaculada de Tívoli, ayudas concretas en la Basílica del Rosario, Pastoral Vocacional, apoyo al MJD de Tívoli, y algunos asuntos más personales, como la próxima incorporación a una Maestría en Ciencias Sociales o en Filosofía, y esperamos, el próximo semestre, tener espacio en la docencia de alguna universidad citdina. Como ven el cambio y el acoplamiento al cambio va requiriendo tiempo para ponerse al día.


Por otro lado, los acontecimientos nacionales me han dejado perplejo por la magnitud de la crisis política en la que estamos metidos, pero también me ha hecho reflexionar mucho dada la incorporación de la acción ciudadana que se esta logrando. Nuestra Guatemala tenía muchos años de desconfianza en los movimientos populares, puesto que casi siempre han sido manipulados y politizados, sin embargo esta vez el clamor ciudadano por la justicia y el derecho a una vida en paz, está logrando que más y más guatemaltecos, y sobre todo lo jóvenes, salgan y se sientan constructores de esta nación. Gracias a Dios.

Por último, una palabra de solidaridad para con mis hermanos hondureños, que Dios les guarde y les sostenga en estos días en los que les ha tocado vivir una emergencia tan inesperada como lo ha sido el terremoto, va para ellos un abrazo.

Mientras tanto seguimos por aquí y por allá, buscando motivos para seguir retorciendo palabras. Hasta la próxima.