domingo, 30 de diciembre de 2007

Por la incertidumbre, yo brindo...


Mañana es el último del año, para mí es casi el fin de dos años intensos, de dos años de adviento para un presente que se desgrana en miles de ilusiones y esperanzas. Sin embargo... no puedo dejar de presentir el pasado, no puedo evitar que la nostalgia me envuelva en sus dulces mantas. Hoy, a casi finales de año, brindo porque lo unico cierto es lo vivido, porque el porvenir es una incognita, es una incertidumbre difícil de preveer. Sorpresas y más sorpresas, algunas más agradables que otras, pero sobre todo, gentes y más gentes, sólo por ese encuentro aún no dado, pero presentido en el pasado, vale la pena brindar en estos días.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Porque un niño nos ha sido dado...

Que mas se puede decir en un día como éstos, la Navidad es la fiesta en la que celebramos que Dios sigue apostando con nosotros, nos sigue regalando al Niño para que lo cuidemos en nuestro corazón para que confiemos que somos capaces de ser más humanos cada día. En estos días lo malo se nos va volviendo bueno y hasta podemos decir ¿quién dijo que todo está perdido? yo vengo a ofrecer mi corazón. El corazón de divino y lo humano que habita en nosotros. A todos Feliz Navidad y que la Esperanza les ilumine, mientras sigue la vida yo ofrezco mi corazón y me alegro con el niño que nos ha sido dado.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Entonces ¿qué hacemos con esta salvación que nos ha sido obsequiada?

El domingo recién pasado Lucas nos recrea la pregunta que algunos seguidores le hacen a Juan, el Bautista, después de que éste ha predicado la conversión al camino del Reino y después de bautizar a varios de quienes le escuchan.

La pregunta que le hacen: ¿qué hacemos? no es sino reflejo de comprender que la salvación no deja a nadie inmovil. La salvación que viene de lo alto inquieta a quien se siente salvado, quizá por que lo peculiar de la salvación que anuncia el Bautista no es una salvación individual, sino una salvación para todos, ¿acaso no hemos sido creados para salvarnos y para ser como Dios mismo (Cf. 1a. Juan 3, 2-3). Por ello es que si reconocemos que somos salvados, nos sentiremos incitados a que otros también sean conscientes de esa realidad.

En todo caso ser conscientes de la salvación es ponerse a la práctica de aquello que refleja el Reino en esta realidad terrena y eso es seguir los criterios èticos que permitan que la dignidad del ser humano florezca e inunde la vida de toda la sociedad, por ello es que Juan responde:"No exijáis mas de lo establecido." "No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga."

lunes, 10 de diciembre de 2007

Esperamos la salvación... Salvación ¿de qué?...


Espera-esperanza, futuro-porvenir, salvación-liberación. Estos y otros binomios se pueden argüir entre lo que se puede escuchar estos días en las predicaciones de adviento, todos ellos nos remiten a un Acontecimiento: la Encarnación de Dios entre los hombres, la facticidad comprobada de que el Enmanuel es una realidad en Cristo y con Él en toda la humanidad. por ello es que cuando, en estos días, afirmamos que celebramos el tiempo de la espera de la salvación plena lo hacemos para decir que nuestra humanidad, aún muestra signos de lo contra-humano: avaricia, injusticia, guerra, destrucción, opresión, indiferencia ante lo humano. Cada vez que en el mundo, que en nuestro mundo, que en nuestras sociedades se ataca a una persona humana, sea quien sea, estamos dando signos que aún necestimos salvar lo humano de cada uno, y esa salvación sólo es posible por medio de la ACOGIDA, en la medida en que entedamos que el camino de la espera de la salvación es un camino en el que nos formamos para acoger la dignidad del Otro y de los otros como si fuera la mía misma, en esa medida podrémos comprender que la salvación es necesaria, no por una cuestión religiosa, sino que por una cuestión de sentido humano sin más.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Espera, Esperanza- Futuro-Porvenir...


En lo personal uno de los tiempos litúrgicos que más me gusta es el Adviento. Las lecturas, el ambiente que se crea en nuestras comunidades de fe hacen que cantemos con Rossana "sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno, las calles se confunden con el cielo, así sin miedo". Evidentemente no es una esperanza falsa la de este tiempo, no lo puede ser, como dice Benedicto XVI en su segunda encíclica sobre la esperanza cristiana, no es una esperanza adormecida ni adormecedora, sino que es una esperanza activa y transformadora(Cf.No.39). Es la esperanza en lo humano, en lo débil, en lo que reconocemos de nosotros mismos, con lo bueno y lo menos deseable.


Cuál es el motivo de esta espera, esperanza, futuro y/o porvenir de este tiempo: un niño, un niño recién nacido y entre pañales, por eso es que nuestra esperanza no es adormecedora, es la esperanza de la vida.


Estas semanas que van de aquí hasta que recordemos la Natividad de éste niño, es un tiempo propicio para seguir llenándonos de esperanza, de lo bueno, porque siempre nuestra bondad será más grande que nuestras miserias, y a pesar de ellas, e incluso, gracias a ellas, podemos seguir esperando que nuestra vulnerabilidad se trasnforme en una opción por la dignidad de la vida de los hombres y mujeres de cualquier lugar, de cualquier tiempo, tal como fue la opción de Dios mismo.


Por que Dios ha optado por cada uno de nosotros y nosotras, podemos seguir esperando...