lunes, 3 de diciembre de 2007

Espera, Esperanza- Futuro-Porvenir...


En lo personal uno de los tiempos litúrgicos que más me gusta es el Adviento. Las lecturas, el ambiente que se crea en nuestras comunidades de fe hacen que cantemos con Rossana "sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno, las calles se confunden con el cielo, así sin miedo". Evidentemente no es una esperanza falsa la de este tiempo, no lo puede ser, como dice Benedicto XVI en su segunda encíclica sobre la esperanza cristiana, no es una esperanza adormecida ni adormecedora, sino que es una esperanza activa y transformadora(Cf.No.39). Es la esperanza en lo humano, en lo débil, en lo que reconocemos de nosotros mismos, con lo bueno y lo menos deseable.


Cuál es el motivo de esta espera, esperanza, futuro y/o porvenir de este tiempo: un niño, un niño recién nacido y entre pañales, por eso es que nuestra esperanza no es adormecedora, es la esperanza de la vida.


Estas semanas que van de aquí hasta que recordemos la Natividad de éste niño, es un tiempo propicio para seguir llenándonos de esperanza, de lo bueno, porque siempre nuestra bondad será más grande que nuestras miserias, y a pesar de ellas, e incluso, gracias a ellas, podemos seguir esperando que nuestra vulnerabilidad se trasnforme en una opción por la dignidad de la vida de los hombres y mujeres de cualquier lugar, de cualquier tiempo, tal como fue la opción de Dios mismo.


Por que Dios ha optado por cada uno de nosotros y nosotras, podemos seguir esperando...

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