jueves, 26 de junio de 2008

La eurocopa, wimblendon, las olimpiadas y Dios...

No cabe duda que el fenomeno del deporte de alto rendimiento es una de las novedades que la era de la tecnología nos trae a nuestros hogares. Nos seduce. Puede ser el fútbol, un buen partido de tenis, o las próximas olimpiadas las que nos ponen en contacto con un mundo que proclama la competencia(que no es lo mismo que competitividad) como valor fundamental de lo humano.

Es evidente,vivimos en una sociedad, como se ha dicho hasta la saciedad, marcada por la competencia, quien no compite por alcanzar con su oferta al demandante sale del "ring" o quien oferta algo que nadie busca también está fuera.

La agresividad de una competencia mal entendida nos sume en el deseo de poder que los humanos tenemos por naturaleza. Mientras veo los partidos de la eurocopa me detengo a observar rostros, gestos y actitudes. Los estadios son los escenarios del a liturgia del deporte, en donde el sumo sacerdote: el árbitro, dejará que los maestros de la ley deambulen detrás de un esférico para ver si logran "la salvación" de un gol.

Vaya, esa misma sociedad secularizada, que desde hace años proclama la laicidad, la no intromisión de lo religioso en la vida pública sucumbe ante el dios de la competencia.

El Dios de las religiones no tiene nada que ver con el dios de la liturgia deportiva. El problema es que los creyentes, de cualquier credo, seguimos sin darle espacio a ese Dios que es sorpresa y que sigue siendo el fundamento y sentido de toda vida humana. Preferimos mostrar a un fetiche de acorde a las ideas prefijadas de cada uno, de cada institución religiosa, antes que mostrar al Dios de los posibles, al Dios que frente a la competencia responde con una lógica diferente: la de lo humano en donde todos ganamos.

No tengo nada en contra del deporte, me gusta, tengo mis favoritos para la gran final de la eurocopa, pero eso no me exime que piense que algo está fallando cuando somos capaces de desterrar a Dios de nuestras sociedades, en favor de un fetiche.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Mario, pasaba a saludar por acá!

Jose Pablo Ureña dijo...

Estoy de acuerdo, es lamentable ver a ese dios de la competencia tan firme en estos días. Es lamentable y da rabia, ver como la lógica del mercado se impone a la lógica de lo humano. Has dado en un punto trágico para todos, para uds como institución, para el arte también es trágico. Pero en fin para todos es triste, para el que lo sabe y el que se engaña en ese juego. Muy bueno el apunte