domingo, 8 de febrero de 2009

Anoche, mientras dormía...


No hace falta pasar mucho tiempo de vuelta en Guatemala para darse cuenta que la Esperanza sigue siendo lastimada, que la Vida se degrada y devalúa cada día. La violencia campea por las calles y la muerte no es nuestra hermana, como diría san Francisco, sino que es nuestro verdugo.

Anoche, viendo el resumen de noticias de la semana, pude ver la entrevista que, en un canal local, se le hizo a Carlos Castressana (jefe de la CICIG). Sobre ella me he quedado pensando toda la noche, a ratos despierto y a ratos dormido. La valentía de Castressana (desde mi perspectiva de ciudadano guatemalteco y creyente) es casi bíblica. Diría yo que, en tiempos en los que los que los creyentes de cualquier denominación se retraen a sus prácticas "espirituales", hombres como Castressana nos recuerdan la espiritualidad profética que se compromete con el cambio, con la metanoia (en lenguaje cristiano) de una sociedad en función de una vida equitativa y plena para todos.

Este español ha tenido el valor de decir, con cara abierta a la sociedad guatemalteca, que la impunidad y la corrupución, como generadoras de un estado fallido y de la violencia estructural que vive el país está enquistada en los grupos de poder: MP,OJ, legislativo, empresarios, etc., haciendo señalamientos concretos a personas e instituciones. Pero para que tenga éxito esta "quijotada" solo queda una cosa por hacer, a decir de Castressana: LA ACCIÓN CUIDADANA como vehículo y vínculo trasnformador de esta sociedad.

Es en este sentido que me uno a CICIG, los cuidadanos (no importa nuestra predilección ideológica o religiosa) tenemos que provocar al estado para que se reconvierta y se fortalezca. Es nuestra hora, es hora de decir BASTA, o como decía Mons. Gerardi refieriéndose a la bestialidad del conflicto armado ¡GUATEMALA, NUNCA MÁS!

Cada uno desde las plataformas que tenemos, desde los espacios que se nos conceden, desde las calles mismas (en manifestaciones abiertas, no violentas) debemos exigir este cambio. Ya lo hemos hecho en el pasado, En los 90´s, Jorge Serrano no se perpetúo en el poder gracias a las manifestaciones de lo que entonces se llamo Asamblea de la Sociedad Civil, Instancia Nacional de Consenso. Ahora nos toca desterrar la corrupción y la impunidad para erradicar la violencia de nuestras calles. El miedo no nos puede vencer. El miedo no puede ser mayor que nuestra capacidad creativa de construir un país diferente.

Hoy más que nunca se me hace vital el papel de la CICIG, hay que apoyarla y el mejor modo es tomando nuestra responsabilidad como actores de esta nuestra Guatemala. Por esa exhortación y por ese imperativo que Castressana y CICIG, hacen a los guatemaltecos, es que anoche, mientras dormía, pensaba en darle las gracias a este señor y a esta institución, y pensaba también en hacerme solidario con ellos, ese mismo llamado lo hago a quien lea este blog, y se sienta interpelado por nuestra realidad. Adelante, es nuestro turno.

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