sábado, 25 de abril de 2009

Cuando el protocolo es insuficiente...

Anoche tuve la oportunidad de compartir con Albertina Pop y su familia un momento muy especial: le fue conferido el título de Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales (Abogada y Notaria) por la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar.

Albertina, es una mujer Q´qchi y fue secretaria ejecutiva del Centro Ak´kutan de los dominicos en Alta Verapaz, durante 13 años. Era lógico que estuviesemos con ella celebrando en este momento tan importante para una colaboradora y amiga como lo es Albertina.

Puestos a lo esencial anoche sucedió algo que, aunque por pocos momentos, irrumpio en el protocolo y denotó aquello de lo que carece el mismo: gestos de humanidad. Efectivamente, una graduación universitaria es, o por lo menos a mi me parece, un acto poco emotivo y muy burocrático, casi automatizado. Me parece que muchas veces "lo protocolar" le quita la vida al momento. Sin embargo anoche, cuando llamaron a Albertina para que le impusieran la beca universitaria y firmase el libro correspondiente, de entre el silencio espectral de los asistentes, se dejaron oír un par de voces que decía "mamita, mamita, bravoooo", eran los dos pequeños hijos de Albertino (ninguno supera los 7 años).

Ese gesto valio tanto o más que el acto protocolar, ese grito enternecio a todos en el salon, y seguramente trajo a los corazones de las demás familias, los momentos de esfuerzos y sacrificios que cada uno, en este caso Albertina, llevaron para obtener un título que les ayude a desenvolverese en un sociedad que exige cada día más gente cualificada para ejercer profesiones como la abogacía y el notariado.

Ese grito de "mamita..." no estaba contemplado en el protocolo, pero gracias a ese gesto humanizamos ese acto burocrático y lo convertimos en lo que es: una celebración del esfuerzo y del empeño por superarse en medio de las dificultades que cada uno llevamos a cuestas.

Felicidades Albertina...

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