miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Y AHORA QUIEN PODRA DEFENDERNOS?

Quisiera partir, en esta reflexión post-electoral, manifestando mi profundo respeto a todos los que lo lean. Mi posición personal solo refleja eso, y en todo caso reconozco que no coincidir con todos no me hace enemigo ni irrespetuoso. Simplemente, como decía un meme de estos días, “si no hablo me salen subtítulos”. Se que entre mis amigos hay muchos con los coincidimos en opiniones y en opciones ideológicas y religiosas y otros con los que no. Pero en todo caso nos une algo que es mayor a esas opciones personales: la búsqueda de la verdad. A esa búsqueda apelo y a ella me abrazo para que cuando leas estas líneas me juzgues desde ese intento. Una primera reacción. De buenas intenciones esta plagado el camino al infierno. Es viernes, hace apenas cinco días se realizo el proceso electoral en Guatemala y aunque la tendencia es clara, todavía no hay resultados “oficiales”. Tomando en cuenta que los números difícilmente cambiaran, no deja de estar en mi mente la frase de comediante Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”. Entre los personajes de este comediante se encuentra El Chapulín Colorado, cada vez que sucedía algo que no podían remediar los sujetos del “sketch”, rápidamente decían la fórmula mágica “¡oh! Y ahora quién podrá defendernos”, y entonces entraba en escena el pseudo héroe ya mencionado. Este salvaba la situación sin darse cuenta cómo lo había hecho, es decir, lo hacía de refilón. Lo primero que me queda claro es que este proceso electoral da con un ganador que aún no se entera de por qué paso en primer lugar. Y si soluciona algo de la situación del país, lo cual dudo, lo hará sin haberse dado cuenta de cómo o por qué lo hizo. Y no juzgo al candidato por su pasado de comediante. Lo digo porque en un estado tan complejo como el guatemalteco hacer gobierno requiere de algo mayor que de buenas intenciones. No dudo que las tenga, pero de ahí a que sepa como “torear” con un estado copado por la corrupción es otra cosa. Lo bueno, lo malo y lo feo. Obvia referencia a ese clásico del cine. En este proceso electoral también tenemos este tríptico, por supuesto que por cada ítem hay mucho que decir, yo solo propongo algunos puntos que me parecen relevantes. - Lo bueno: o Participación ciudadana. Pareciera ser que, se empieza a entender que la participación responsable de los ciudadanos es la base de una democracia madura. Ahora falta ver si comprendemos que la madurez en realidad viene de la perseverancia, “Roma no se construyo en un día” o Se logro la renuncia del poder gubernamental de personajes relacionados con estructuras criminales y el inicio de procesos judiciales y se logro dejar fuera, de momento, a uno de los partidos más nefastos del periodo democrático (líder). o Se fortalecieron los mecanismos del estado de derecho y la se volvió a abrir la esperanza en la aplicación de justicia. o Y sobre todo, se perdió el miedo a decir lo que se piensa. Aunque se piense diferente. Muestra de esto es la pluralidad de los diversos movimientos cívicos de estos días. - Lo malo: o No se logro un consenso amplio sobre la reforma de la ley de electoral y de partidos políticos y tampoco la del servicio civil lo cuál, a mi parecer, debe estar en el centro de una reforma más amplia que nos permita corregir aquello que no ha funcionado en este periodo democrático. o Aun no tenemos un autentico proyecto de nación, me preocupa la “ideología” del candidato puntero, pues creo que él mismo aun no tiene claro qué es ese nacionalismo del que habla como característica de su partido. Tenemos que seguir dialogando y reconociéndonos de cara al futuro. Mientras que no avancemos en el reconocimiento del dolor vivido por todos, más allá de los bandos en los que se hubiese militado, no podremos dar ese paso. o Mantener el voto como factor de castigo y no de elección. Me da la impresión que no se eligió al candidato puntero, se quiso castigar a otros. Y eso nos da con una segunda vuelta a tres manos y ninguna posibilitadora, en apariencia, de algo mejor. - Lo feo: o Que aun no distingamos dignidad de las personas del descuerdo con lo pensamos. En esto quiero ser enfático, no perdamos de vista aquella frase de Evelyn Beatrice Hall “Estoy en desacuerdo con lo que dices pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. El que por fin nos hayamos quitado el miedo a decir lo que pensamos no nos da derecho a deslegitimar, insultar o difamar, al que no piensa como nosotros. Nuestra postura debería encaminarse a argumentar, argumentar y volver a argumentar y desde ahí superar ese modo tan chapinesco de desautorizar con mofa al que no piensa como yo. Tomando en cuenta lo implacable que debe ser la verdad quisiera preguntar me urge tanto ¿que debiera decir?... Ante este panorama, no vale decir ¿Y ahora quién podrá defendernos? Porque el Chapulín Colorado no es suficiente, es más, para mí ni siquiera es opción, pero la segunda y la tercera tampoco lo son. ¿Qué debiera decir? ¿por quién decantar los próximos cuatro años? No lo sé. Decir que no opto es ya una opción. Tenemos pocos días para optar por una o por otra y nada está claro. Quisiera que la opción que va encabezando fuera clara y se deslindara de una serie de personajes que pertenecen a ese pasado oscuro de Guatemala, y no lo digo porque sean militares, Arbenz también fue militar por ejemplo. Lo digo por el tipo de militares que aparentemente están externando su apoyo y por los que corrieron por su partido a puestos de elección pública. Sin embargo, no creo que pueda deslindarse, por lo tanto no es mi opción. La segunda tampoco la veo, ya gobernó. Criticó la obsesión y sed de poder que el rojo tenía pero ella fue capaz de sacrificar su “matrimonio” por alcanzar la presidencia. En todo caso, uno de los dos ganará. Ojala y pudiésemos presionar de tal manera que la propuesta de Lizardo Sosa se terminara por imponer: un gobierno facilitador de las reformas necesarias y un mandato que sirva de puente para fortalecer la institucionalidad y la participación ciudadana. Ninguno de los candidatos, que podrían estar en segunda vuelta, ni sus partidos, son dignos de Guatemala, no digo que Sosa lo sea, pero como propuesta me parece rescatable. Lo que importa ahora no es ya la segunda vuelta ni el que sea elegido, sino la capacidad de presión para seguir transformando nuestro proyecto de nación. Treinta años son pocos, es lógico que nos falte mucho por recorrer, pero “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, y esta caminata ya empezó. Todo a pulmón Por último… todos somos corrompibles, el que diga que no lo es peca de ingenuo. Por ello termino esta reflexión recordando esa maravillosa canción que nos habla de nuestra propia fragilidad cuando estamos frente a la posibilidad de ser o no ser. Todo a pulmón (A. Lerner) Que difícil se me hace mantenerme en este viaje sin saber a dónde voy en realidad si es de ida o de vuelta si el furgón es la primera si volver es una forma de llegar. Que difícil se me hace cargar todo este equipaje se hace dura la subida al caminar esta realidad tirana que se ríe a carcajadas porque espera que me canse de buscar. Cada nota cada idea cada paso en mi carrera y la estrofa de mi última canción cada fecha postergada la salida y la llegada y el oxígeno de mi respiración y todo a pulmón todo a pulmón. Que difícil se me hace mantenerme con coraje lejos de la transa y la prostitución Defender mi ideología buena o mala pero mía tan humana como la contradicción. Que difícil se me hace seguir pagando el peaje de esta ruta de locura y ambición un amigo en la carrera una luz y una escalera y la fuerza de hacer todo a pulmón.

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