lunes, 14 de abril de 2008

De la Ordenación... 2a parte

Por aqui sigo balbuceando....

A ver si cabe, la verdad no diré mucho, lo primero el sentimiento de agradecimiento que se siente. Vean, es que de verdad, recibir la ordenación sacerdotal es algo por lo que uno, aún con mucho haga, se queda corto. Tan simple como decir que la ordenación es un regalo, es un don.

Son quince días desde que me ordenaron, alguien me pregunta ¿en què cambio tu vida? yo le digo en nada y en todo. Es decir, sigo siendo el mismo Mario, intento ser feliz, amo lo que hago, sueño, me siguen dando risa las mismas cosas, y de vez en cuando suelto una lágrima. Sin embargo, me siento tan "en deuda" con la vida. Es como sentirte comprometido de un modo diferente con la VIDA, es saber que eres amado y que tu eres un regalo para alguien.

Es estar y sentirte comprometido con un proyecto de vida. es saber que no eres sólo para tí, sino para todo el que sufre, es sentir que tu vida se convierte en una palabra: ESperanza.



Tal vez suena pretencioso, dejénme serlo por una vez en la vida, déjenme sentir todo esto que siento, al fin y al cabo, "soy hombre y nada humano me es ajeno".

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